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6 ene 2011

Fármaco para el Parkinson provoca ludopatía.

Los desastres de la medicina convencional, la medicina alopática de la cual Occidente es tan orgulloso, son cada día más evidentes.
Desgraciadamente por un lado quien sufre estos desastres médicos no tiene valor de denunciarlos, por el otro los medios de comunicación no los dan a conocer a la opinión pública; la presión y el enorme poder económico de las farmacéuticas compra casi siempre el silencio de unos y otros. Si a esto le añadimos la complicidad de todos los gobiernos con el lobby farmacéutico, es fácil entender porque todos estos despropósitos de la medicina no se paran y castigan.
Los ejemplos son numerosísimos y tocan todos los sectores de la población, desde los niños hasta los adultos o los ancianos.

He leído en un periódico que un jubilado de Carrara, en Italia, ha denunciado la sanidad pública porque sostiene que cayó en la ludopatía, es decir la compulsión por los juegos de azar, a causa de los fármacos que toma para el Parkinson, comercializados por la alemana Boeringher. En pocos años dilapidó 300mil euros, los ahorros de toda una vida, en rascaygana, tragaperras y otros juegos. Incluso hubiera raspado hasta 500 tarjetas de lotería instantánea por día. La sanidad pública a su vez ha llamado en causa a la farmacéutica que produce y distribuye estos fármacos que solo limitan los temblores del Parkinson. Por lo visto Boeringher conocía este efecto secundario, la inducción al juego compulsivo, desde 1999 cuando el jubilado empezó a tomar la medicación, pero omitió este detalle en el prospecto donde se indica la posología, la modalidad de uso y los efectos secundarios. Solo en 2005 lo añadió, obligada por el primer alud de denuncias. De hecho el caso del jubilado italiano no es el único ni, tristemente, el primero. En 2005 en Canadá fueron denunciadas las farmacéuticas Boeringher y Pfizer en relación a los riesgos ocultos del Mirapex, un fármaco para la curación de los disturbios del morbo de Parkinson. Un hombre empezó a tomar estas pastillas y al cabo de poco tiempo desarrolló una tendencia compulsiva al juego de azar que lo aisló de su familia e le hizo perder más de 100mil dólares, hasta verse obligado a vender su casa. Antes de tomar el fármaco había jugado solo de vez en cuando y solo pequeñas cantidades, no más de 1oo dólares al año.
Debido a su comportamiento, el hombre sufrió depresión, ansiedad, sentido de culpabilidad, remordimiento, humillación e importante pérdida de reputación social. Además cabe destacar que cuando dejó de tomar el fármaco, la obsesión por el juego dejó de atormentarle.
También en Estados Unidos los casos de ludopatía provocados por la toma de los fármacos anti Parkinson son muchísimos, igual que muchísimas son las denuncias: un hombre de 51 años desarrolló una patológica obsesión por el juego que lo arruinó económicamente ya que perdió más de 750mil dólares. Una señora explicó que tiró a la basura 150mil dólares y que cuando dejó de tomar los fármacos en cuestión de pocos días el comportamiento compulsivo desapareció. Nombrarlos todos significaría llenar páginas enteras, ya que son realmente muchos los casos de personas que explican como estos fármacos les han arruinado la vida.
Claramente las dos farmacéuticas comercializaron agresivamente el fármaco, sabiendo y escondiendo los riesgos de inestabilidad mental, lo que nos hace entender cuáles son las políticas saludables puestas en marcha por los gigantes de la salud. Golpea rápido, golpea fuerte es su lema. Por supuesto en la página web de Boeringher no existe ninguna información sobre los efectos secundarios del fármaco.
Por lo demás ¿qué son unos centenares o millares de familias arruinadas, anuladas, reducidas en miseria, frente a las grandes ganancias que sacan de sus “medicamentos”?
¿Qué son centenares o millares de muertos por los efectos secundarios de los discutibles venenos que proponen como soluciones a los problemas de salud?
Tonterías frente a los billones que cada año se embolsan. Y lo más escandaloso es que estas drogas legales, fármacos de la maravillosa medicina convencional aún se venden y se prescriben.

Desde el prospecto del Mirapexin:

Los siguientes efectos secundarios se esperan con el uso de Mirapexin: comportamiento alterado, sueños anómalos, estado confusional, estreñimiento, sentido de inestabilidad, delirio,  discinesia, fatiga, alucinaciones, cefalea, hipercinesia, hipotensión, aumento de apetito (impulso descontrolado de alimentarse, hiperfagia), insomnio, alteraciones de la libido, nausea, edema periférico, paranoia, juego de azar patológico, somnolencia, episodios de sueño repentino, aumento de peso.

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