Estaba de viaje por la Europa mediterránera y me encontré con este rincón realmente peculiar. Mis sentidos de hijo de la Tierra se agudizaron; noté enseguida el cálido abrazo de Gea que me invitó a relajarme y a dejarme acunar por ella. La experiencia fue muy bonita, vivificadora...los mundos de la energía son más reales que la realidad misma.
Este video relata esta peculiar experiencia.
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