Tengo un ordenador portátil que me compré hace tres años y medio; la verdad no tengo quejas, hasta ahora ha funcionado sin darme problemas, exceptuando cierta lentitud en la gestión de las aplicaciones cuando manejo archivos de video.
Como todo portátil la batería tiene unas limitaciones que he intentado superar siguiendo algún consejo de mantenimiento como por ejemplo quitar la batería del ordenador cuando lo conecto a la red eléctrica. De esta manera pensaba alargar la vida de la batería, así que me sorprendí cuando de repente, de un día para otro, su duración cayó en picado. Me duraba unas dos horas y de golpe me dura no más de media hora. De un día para otro.
Me extrañó el hecho pero no le di más importancia ya que se sabe que las baterías de los portátiles son un poco extravagantes. Sin embargo una noche sintonicé la 2 que emitía el documental Comprar, Tirar, Comprar (lo tenéis al final del artículo) y entonces vi la luz. Entendí qué le pasaba a la dichosa batería.
Acababa de ver plasmado en mi ordenador el concepto de obsolescencia programada, aquella práctica inmoral que las empresas utilizan para que sus siervos, la población entera, entre en la espiral del consumo irracional e imparable.
La obsolescencia programada es una práctica que establece la duración máxima de un producto de modo que deje de funcionar después de un determinado período de tiempo que es calculado de antemano por el fabricante. Dicho de otra manera, el fabricante cuando diseña un producto decide que no durará más de un cierto número de años, como el caso de mi batería del portátil que debía de tener una duración prevista de unos tres años y luego simplemente kaput. Las empresas y las industrias nos venden productos que tienen fecha de expiración porque de esta manera nos obligan a adquirir otro. Puede ser un nuevo modelo del mismo producto o una pieza para sustituir el viejo, pero de cualquier manera se aseguran una venta continua que se traduce en considerables y cuantificables beneficios. Nos venden productos destinados a una corta vida útil para seguir llenándose los bolsillos.
Claramente para la industria la obsolescencia programada es un estímulo positivo para el consumo ya que induce a comprar más. Por esta razón se aplica en casi todos los productos, siendo los productos tecnológicos donde quizás se note más
El único objetivo es el lucro económico inmediato. Más beneficios, más ingresos, más ventas, más consumo: esto es lo único que les importa.
En este panorama es fácil entender que conceptos como el cuidado del medio ambiente, el respeto del planeta, del aire, del agua, pero también el cuidado y la salud de las personas pasan totalmente en segundo plano de prioridades frente al dinero, a las ganancias, a la facturación de la industria.
La obsolescencia programada por lo tanto no solo es una práctica inmoral que nos sangra los bolsillos, sino que no se ajusta a los equilibrios naturales porque explota de manera irracional los recursos planetarios que son de todos, para el bien de pocos. No solo no respeta la naturaleza, sino que la altera, la esquilma, la devora. No solo agota el planeta, sino que lo llena de residuos, ya que cada producto que se vuelve obsoleto significa más residuos y por lo tanto más contaminación, contaminación de las tierras, de las aguas, del aire. No solo es muerte para el planeta, sino también para los seres humanos ya que la salud del ser humano está totalmente vinculada con la salud del planeta.
Cuando era pequeño escuchaba mis padres que decían “ya no se fabrican productos como antaño”, “antes duraban, ahora se estropean enseguida”. Ahora entiendo que en realidad no eran paranoias suyas, sino que veían lo que la industria estaba provocando en los productos: menos calidad, menos duración, para obtener más ventas, más beneficios. Todo sin escrúpulos, sin miramientos, sin cuidado para las personas y el medioambiente en nombre del provecho egoísta de unos pocos. Es hora de parar este delirio.
Podemos empezar eligiendo productos que sepamos que tienen más fiabilidad y duración; hay asociaciones de consumidores que tienen referencia de los productos por las quejas y por los informes recibidos. Hay foros en internet donde se denuncian las malas experiencias con determinados productos. También es importante preferir reparar algo que se ha dañado antes de reemplazarlo con un nuevo modelo.
Por último os invito a que si habéis tenido una experiencia de obsolescencia programada la expliquéis aquí en los comentarios, ya que el testimonio de lo que nos ha pasado puede ser útil para que a otros no les pase lo mismo.
La cuestión es parar este delirio que daña al ser humano y daña al medioambiente. Es hora de pararlo ya.
Os dejo el documental que explica muy bien lo que es la obsolescencia programada y sus nefastas consecuencias…
mh, maggini anche questo filme ti va a piacere
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=um9gyx_XV50&feature=player_embedded
beso, cenzo