Es indudable que la calidad de la comida que ingerimos afecta directamente a nuestra salud, de manera que si queremos tener una vida sana es muy importante cuidar la alimentación.
Los procesos industriales con los cuales hoy en día se elabora o conserva la mayoría de la comida que llega a nuestras mesas no solo no garantizan la buena calidad de los alimentos sino que en algunos casos hasta la alteran, de manera que llega a ser perjudicial a largo plazo para la salud. Por esta razón es indispensable adquirir unos comportamientos alimenticios correctos que reduzcan al mínimo el impacto de las dañinas manipulaciones de la industria alimenticia.
Estos comportamientos saludables empiezan en el momento de hacer la compra, cuando tendremos que elegir determinados productos y descartar otros tantos.
Es el caso de los huevos de gallina. En las tiendas y supermercados encontramos diferentes categorías además de tamaños y precios, así que ¿qué huevos comprar?
Siempre que se coman huevos, hay que escoger aquellos que provienen de gallinas libres de jaulas porque las gallinas enjauladas sufren todo tipo de maltrato además de recibir ingentes cantidades de medicamentos para contrarrestar las infecciones que padecen a causa de las insalubres condiciones en las cuales son criadas. Estos medicamentos pasan finalmente a los huevo, pero también el estrés modifica su calidad ya que sabemos que el estrés afecta directamente a la salud psicofísica de los animales, hombre incluido.
El precio es ligeramente superior a los huevos de gallinas enjauladas pero el beneficio para la salud compensa con creces la diferencia y si la demanda empieza a crecer, inevitablemente el precio bajará.

3 gallinas en jaula
2 gallinas en suelo
1 gallinas camperas
0 gallinas ecológicas
¿Qué implica para las gallinas y por ende para la calidad final del producto que ingerimos?
3-Gallinas enjauladas
Las jaulas impiden que las gallinas lleven a cabo sus comportamientos naturales; en ellas no pueden andar, extender las alas, escarbar y picotear, tomar baños de polvo. No ven nunca la luz del sol y sus biorritmos son marcados artificialmente por las exigencias de producción.
Las gallinas enjauladas sufren un gran estrés y se vuelven locas, de manera que se les corta el pico para que no se hieran entre ellas en sus ataques de locura.

Al pisar solo el alambre de las jaulas, estas gallinas padecen heridas y malformaciones en las patas.
Las condiciones higiénicas son francamente precarias, de manera que se les administran medicamentos y antibióticos que inevitablemente pasan a los huevos.
2-Gallinas en suelo


En el interior de las naves tampoco nunca ven la luz del sol y cuando las temperaturas suben muchas de ellas no aguantan el calor y mueren por asfixia.
También son expuestas a estrés ya que disponen de poco espacio individual y para evitar que se hieran o se maten entre ellas se les corta el pico.
Las enfermedades son habituales, de manera que reciben medicamentos y antibiótico que inevitablemente pasan a los huevos.
1-Gallinas camperas


Las condiciones higiénicas son buenas, de manera que no suelen necesitar medicamentos ni antibióticos, lo que garantiza una mejor calidad de los huevos.
0-Gallinas ecológicas
Las gallinas ecológicas son totalmente libres de moverse. Pueden comportarse completamente como gallinas, teniendo acceso a tierra, paja, nidos y además el 80% de su alimentación debe provenir de la agricultura ecológica.
Evidentemente no sufren estrés, así que tampoco presentan comportamientos agresivos.
Al estar libres, las condiciones higiénicas son óptimas, de manera que apenas necesitan medicamentos.
Con estas indicaciones es evidente que debemos siempre preferir huevos que tengan el número 1 o el número 0 marcado en el primer dígito del código impreso. Esto nos garantiza no solo que los animales no sean maltratados innecesariamente, sino sobre todo que los huevos que comemos no sean perjudiciales para nuestra salud.
De esta forma ayudaremos al ecosistema, pero también preservaremos nuestra salud.
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