Es indudable que la calidad de la comida que ingerimos afecta directamente a nuestra salud, de manera que si queremos tener una vida sana es muy importante cuidar la alimentación.
Los procesos industriales con los cuales hoy en día se elabora o conserva la mayoría de la comida que llega a nuestras mesas no solo no garantizan la buena calidad de los alimentos sino que en algunos casos hasta la alteran, de manera que llega a ser perjudicial a largo plazo para la salud. Por esta razón es indispensable adquirir unos comportamientos alimenticios correctos que reduzcan al mínimo el impacto de las dañinas manipulaciones de la industria alimenticia.
Estos comportamientos saludables empiezan en el momento de hacer la compra, cuando tendremos que elegir determinados productos y descartar otros tantos.
Es el caso de los huevos de gallina. En las tiendas y supermercados encontramos diferentes categorías además de tamaños y precios, así que ¿qué huevos comprar?
Siempre que se coman huevos, hay que escoger aquellos que provienen de gallinas libres de jaulas porque las gallinas enjauladas sufren todo tipo de maltrato además de recibir ingentes cantidades de medicamentos para contrarrestar las infecciones que padecen a causa de las insalubres condiciones en las cuales son criadas. Estos medicamentos pasan finalmente a los huevo, pero también el estrés modifica su calidad ya que sabemos que el estrés afecta directamente a la salud psicofísica de los animales, hombre incluido.
El precio es ligeramente superior a los huevos de gallinas enjauladas pero el beneficio para la salud compensa con creces la diferencia y si la demanda empieza a crecer, inevitablemente el precio bajará.
Para reconocer qué tipo de huevos estamos comprando tenemos que fijarnos en el primer dígito del código marcado en la caja y en los huevos mismos, según normativas europeas. No te hagas confundir con frases como “huevos frescos” o “huevos de granja” o con las imágenes de gallinas en libertad en las cajas: lo único que vale es el primer dígito del código impreso. El número indica el tipo de cría de las gallinas:
3 gallinas en jaula
2 gallinas en suelo
1 gallinas camperas
0 gallinas ecológicas
¿Qué implica para las gallinas y por ende para la calidad final del producto que ingerimos?
3-Gallinas enjauladas
Las jaulas impiden que las gallinas lleven a cabo sus comportamientos naturales; en ellas no pueden andar, extender las alas, escarbar y picotear, tomar baños de polvo. No ven nunca la luz del sol y sus biorritmos son marcados artificialmente por las exigencias de producción.
Las gallinas enjauladas sufren un gran estrés y se vuelven locas, de manera que se les corta el pico para que no se hieran entre ellas en sus ataques de locura.
Viven hacinadas en jaulas en batería en las cuales puede haber hasta seis gallinas por jaula, disponiendo cada una de un espacio menor a un folio DINA4, un normal folio de impresora.
Al pisar solo el alambre de las jaulas, estas gallinas padecen heridas y malformaciones en las patas.
Las condiciones higiénicas son francamente precarias, de manera que se les administran medicamentos y antibióticos que inevitablemente pasan a los huevos.
2-Gallinas en suelo
Las gallinas son criadas en el interior de naves pero en suelo, lo que les permite llevar a cabo algunos comportamientos naturales como escarbar, andar o extender las alas. Sin embargo disponen de poco espacio ya que puede haber hasta doce gallinas por metro cuadrado.
En el interior de las naves tampoco nunca ven la luz del sol y cuando las temperaturas suben muchas de ellas no aguantan el calor y mueren por asfixia.
También son expuestas a estrés ya que disponen de poco espacio individual y para evitar que se hieran o se maten entre ellas se les corta el pico.
Las enfermedades son habituales, de manera que reciben medicamentos y antibiótico que inevitablemente pasan a los huevos.
1-Gallinas camperas
Las gallinas camperas son libres de llevar a cabo comportamientos naturales; en sus cobijos se pueden poner en perchas y salen al exterior donde picotean, escarban y se mueven con libertad en recintos acondicionados.
La densidad suele ser de una gallina por cada 4 metros cuadrados, así que estas gallinas no sufren estrés y no tienen comportamientos agresivos. Por esta razón no se les corta el pico.
Las condiciones higiénicas son buenas, de manera que no suelen necesitar medicamentos ni antibióticos, lo que garantiza una mejor calidad de los huevos.
0-Gallinas ecológicas
Las gallinas ecológicas son totalmente libres de moverse. Pueden comportarse completamente como gallinas, teniendo acceso a tierra, paja, nidos y además el 80% de su alimentación debe provenir de la agricultura ecológica.
Evidentemente no sufren estrés, así que tampoco presentan comportamientos agresivos.
Al estar libres, las condiciones higiénicas son óptimas, de manera que apenas necesitan medicamentos.
Con estas indicaciones es evidente que debemos siempre preferir huevos que tengan el número 1 o el número 0 marcado en el primer dígito del código impreso. Esto nos garantiza no solo que los animales no sean maltratados innecesariamente, sino sobre todo que los huevos que comemos no sean perjudiciales para nuestra salud.
De esta forma ayudaremos al ecosistema, pero también preservaremos nuestra salud.
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