La mayoría de detergentes en polvo llevan fosfato para evitar que las partículas de suciedad vuelvan a la ropa, sin embargo los fosfatos dañan seriamente el medio ambiente. Su presencia en ríos y embalses provoca el crecimiento y la reproducción descontrolada de las algas. Cuando estas mueren, las bacterias las descomponen en un proceso que consume gran cantidad del oxígeno presente en el agua, oxígeno que es necesario para la vida acuática en general. Al agotarse el oxígeno los seres acuáticos que de él dependen mueren, con la consiguiente rotura del ecosistema de los ríos y lagos que finalmente quedan contaminados.
Hoy en día se encuentran detergentes sin fosfatos y la mayoría de los jabones líquidos para las lavadoras tampoco llevan, así que si queremos preservar nuestras aguas la elección es evidente.
Sin embargo, a pesar de que a partir del 1 de enero de 2013 la UE limitará a 0,5% la presencia de fósforo en todos los detergentes que se comercialicen en su territorio, ya existen soluciones alternativas que permiten preservar nuestras aguas. Existen detergentes sin fosfatos y detergentes ecológicos que normalmente se venden en tiendas especializadas. En cambio hay que tener cuidado con los detergentes que se encuentran en las grandes superficies y se dicen ecológicos porque la mayoría de ellos no lo son. Cuando se habla de detergentes ecológicos, no quiere decir que sean totalmente inofensivos para el medio ambiente, sino que tienen una elevada y rápida biodegradabilidad.
Hace unos meses descubrí un producto totalmente inofensivo y natural: las nueces de lavado. Las nueces de lavado son las frutas de un árbol que crece en India y en Nepal, Sapindus Mukorossi, también llamado árbol del jabón. Se utilizan allí desde hace siglos como detergente. El árbol del jabón puede medir hasta 15 m de altura. Se cubre de flores blancas en marzo/abril y las nueces se recogen en septiembre/octubre. Las nueces maduras son de color dorado. Después de la cosecha, se secan y se pelan. Las cáscaras se separan y se embalan en bolsos de tela. Las cáscaras contienen saponina, una sustancia con notables características detergentes. La saponina se disuelve en contacto con el agua y funciona como un jabón natural.
Su uso es muy simple; se colocan 2-3 nueces partidas en dos en un saquito de algodón que se introduce con la ropa en la lavadora. Las cáscaras se usan en varias ocasiones: 2 a 3 veces para los lavados a 30-40°; 1 a 2 veces para los lavados a 60-90°.
Con el tiempo en la ropa blanca puede aparecer un velo gris; para solucionarlo, se añade al lavado un agente biológico para blanquear como el percarbonato, un producto que contiene oxígeno activo, sin peligro para la ropa e innocuo para el medio ambiente. También para las manchas que se resisten se puede usar esta sal.
Las manchas que no se quitan con el detergente normal, tampoco se quitarán con las cáscaras.
Con las nueces de lavado no es necesario añadir suavizante porque la ropa ya se pone suave. El perfume de la ropa lavada es totalmente neutral así que si se desea perfumar la ropa será bastante con poner algunas gotas del aceite esencial preferido en el saquito de algodón que contiene las nueces.
El uso de las nueces de lavado se recomienda particularmente para los bebés, la gente que sufre de alergias o enfermedades de la piel ya que son totalmente naturales.
Uso de las nueces con agua fría.
Para usar las nueces con agua fría, hay que hacer una decocción. Se obtiene así un jabón líquido no agresivo pero concentrado. Ponemos 10-15 cáscaras partidas en dos en 1L de agua en ebullición; bajamos el fuego, dejamos cocer durante 5 minutos y luego dejamos enfriar. Este jabón concentrado se pone directamente en el cuenco del lavado como un detergente líquido normal y sirve especialmente para lavar con agua fría.
Uso de las nueces después de haber hecho los lavados
Se pueden utilizar las cáscaras que ya hemos gastado en la lavadora para otras aplicaciones haciendo una decocción. El procedimiento es el mismo que para preparar jabón, pero pondremos como mucho medio litro de agua, es decir 20-30 mitades con 500ml de agua. Obtenemos así un jabón suave, útil como champú para los animales o como producto de limpieza para el hogar. Sustituye también el detergente para los platos.
Ventajas de las nueces de lavado.
Son un producto vegetal 100 % natural, que lava la ropa en profundidad
No son agresivas para la ropa, ni para la seda y la lana: las telas mantendrán más los colores.
Son muy aconsejadas en caso de alergia, de problemas de piel y para el lavado de las ropas delicadas de los bebés.
Permiten ahorrar ya que una bolsa de nueces de 1 kilo basta para 2 a 3 lavados por semana durante un año.
Respetan el medio ambiente ya que no sueltan productos químicos contaminantes.
Son biológicas y biodegradables al 100 %
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