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7 dic 2011

¿A quién sirve el euro? No al euro franco-alemán.

no al euro franco-alemán
El 9 de diciembre se celebra la reunión del Consejo Europeo que los medios de (des)información ya se han encargado de definir como la cumbre para salvar el euro del desastre y de la desaparición. Desde hace semanas los poderes financieros y políticos difunden entre las poblaciones a través de sus agencias de prensa y de la televisión aquel miedo a desastrosos escenarios que hace que los ciudadanos bajen la cabeza aceptando cualquier tipo de medida liberticida. No es ciencia ficción; el enano Sarkozy ha hablado a los franceses hablando de la refundación de la Ue y la heil Merkel al Bundestag pidiendo más gobernanza económica, ambos declarando que el euro es la única opción posible para evitar que Europa se despedace y que todos los ciudadanos caigamos en un terrible abismo.
Sin embargo yo soy ciudadano de la UE y no veo que el euro me haya beneficiado especialmente. Antes de que la moneda única entrara en circulación ya el gobierno metió la mano en mis bolsillos para cumplir con no sé qué criterios de convergencia; luego cuando ya disponía de los nuevos billetes descubrí que del hoy al mañana todo se había encarecido una media del 20%. La UE había impuesto un cambio desproporcionado para ciertos países como Italia, España, Portugal que hizo que de golpe nos despertáramos todos con menos poder adquisitivo, mientras ellos –Alemania y Francia como no- mantuvieron su estatus. Mientras los países del norte mantenían su riqueza, los del sur empezábamos a pensar que en Bruselas nos habían tomado el pelo.

Con el pasar de los años las cosas han ido empeorando para la gente hasta desembocar en la situación actual donde el pertenecer a la zona euro nos está privando de lo poco que tenemos. Me parece evidente que a la gente de a pie el euro no le ha hecho ningún bien. Entonces surge espontánea la pregunta: ¿por qué el eje enano dictatorial Merkozy se empeña en defender contra viento y marea el euro?
La respuesta como otras tantas de esta crisis financiera está en los despachos de los directivos de los grandes bancos alemanes y franceses. El enano y la dictadora quieren salvar de la quiebra a sus bancos que prestaron grandes cantidades de dinero sin garantías a los demás países europeos con operaciones financieras que si se investigaran revelarían sin duda su ilegalidad. Detrás de estas operaciones ilegales ¿quién está? Goldman Sachs, el banco estadounidense con el cual estuvieron colaborando, entre otros, Mario Draghi, actual gobernador del BCE, Mario Monti, actual primer ministro del gobierno golpista de Italia y Lukás Papademos primer ministro de Grecia. Mario Monti además sigue en nómina de Goldman Sachs, que aspira a ser oficialmente el futuro banco mundial del capitalismo globalizado y que de hecho en la sombra ya se comporta como tal. No me extraña que el yeswecan Obama presione a la UE para que salve el euro ya que de lo contrario se desataría una crisis más amplia hacia el sistema financiero americano también.

Está claro que todos aquellos políticos que piden sacrificios a la población, que imponen recortes al estado de bienestar, que pintan escenarios de desastres globales solo quieren salvar a sus bancos y a sus empresas y por ello no dudan en llevar a la quiebra a estados enteros, véase el caso de Grecia. Alemania y Francia no dudan en llevar a la quiebra a los demás países europeos con tal de salvar a sus bancos y a sus empresas. Bancos y empresas son los únicos que se han beneficiado a lo largo de los años de este invento liberticida llamado euro. La gente de a pie en cambio hemos perdido bienestar.

Alemania necesita el euro más que nadie; necesita una moneda única que los demás estados miembros no puedan controlar para que sus exportaciones no se vean afectadas por la devaluación de las otras monedas. Necesita que los demás estados europeos no puedan emitir su propia moneda, lo que significa mantener su soberanía. Alemania tiene una vocación dictatorial y lo está demostrando una vez más. Francia le sigue la corriente porque no renuncia a imponerse como país hegemónicos en la futura federación europea. Sin embargo recuerdo que la voluntad de Alemania de controlar toda Europa nos ha costado caro a los europeos en tiempo no muy lejanos.

Pero ¿por qué Grecia, Portugal, Italia y demás países que claramente están pagando muy cara la factura del euro y cuyos pueblos están siendo privados de bienestar y democracia siguen queriéndose apuntar al carro de la moneda única? Porque sus gobernantes son viles siervos del capital, no sirven al pueblo sino a los intereses de bancos y empresas, Monti y Papademos en primera línea. No hay duda de ello, en España acaba de ser elegido el conservador Mariano Rajoy; lo primero que ha hecho ha sido reunirse con los banqueros de su país, luego con la patronal y por último con las partes sociales. Más claro que el agua.
A las multinacionales y a los bancos les interesa un mundo globalizado con una moneda única que ellos controlan. Les interesa tener a países enteros para sangrarlos, para venderles productos y para endeudarlos hasta las orejas; para eso colocan a su gente, viles siervos del capital, en los puestos de mando pasándose por el forro toda regla básica de democracia como ha ocurrido con el golpe de estado en Italia.
A los grandes capitales les interesa que el euro siga circulando porque los grandes capitales son transnacionales y cuando han arrasado con todo lo que tienen cerca quieren seguir arrasando. A la gente de a pie, en cambio, les interesa actuar localmente en la llamada economía real que no tiene sueños de expansión mundial ni de globalización. La economía real es la que vivimos cotidianamente y que nos da acceso a la vivienda, a productos de calidad, a la sanidad y la educación pública, justamente a todo lo que la llegada del euro de los banqueros y de las multinacionales está poniendo en peligro.

Desde luego a mí el euro franco-alemán no me sirve ¿y a ti?

Meditad gente, meditad…


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