Anonymous, un montaje de los agentes gubernamentales.

Desde que la web entró en su fase 2.0 las aplicaciones que facilitan el compartir información o la colaboración entre usuarios han tomado cada vez más protagonismo. Ejemplo de ello son las redes sociales, los blog, los foros o los servicios de alojamiento de videos.

Facebook, Twitter, Blogspot, Wordpress o Youtube permiten que millones de usuarios intercambien información y se comuniquen en tiempo real desde cualquier lugar del mundo.

No solo intervienen en cuestiones de poca relevancia, sino también en cuestiones más trascendentes; últimamente lo hemos visto con la primavera árabe, los motines de Londres, las convocatorias de los indignados, aunque hace tiempo que la red representa una amenaza real para el establishment. Es una amenaza porque la red crece a una velocidad muy rápida y por eso es difícil de controlar plenamente.

Por otro lado alrededor de la web 2.0 hay un movimiento económico espectacular que genera cifras astronómicas para diferentes sectores neoliberales, de manera que al establishment no le interesa frenar su desarrollo. De aquí que el fenómeno internet se ha convertido en un arma de doble filo para la élite; por un lado favorece el control, ya que toda acción que un usuario común haga en la red queda registrada y a disposición de empresas, gobiernos, policía etc., por el otro este espacio virtual permite llevar a cabo acciones rápidas que golpean al sistema mismo.

Como de momento no es posible cortar internet, entonces los gobiernos están planeando controlarlo y limitar su uso. En China por ejemplo ya existe una fuerte censura en la red frente a la cual nadie hace nada porque China es una economía emergente; los derechos humanos son violados sistemáticamente pero los gobiernos occidentales se callan porque necesitan el dinero chino y frente al dios dinero todo está permitido.

En cambio en Occidente y en Europa concretamente es más complicado ejercer la censura ya que nuestras constituciones garantizan la libertad de expresión. Es más complicado pero no es imposible, de hecho en los últimos años estamos asistiendo a recortes de libertades individuales cada vez más fuertes en nombre de la seguridad colectiva.

En Occidente, donde el Nuevo Orden Mundial quiere imponer su dictadura oligárquica basada en las teorías del neoliberalismo, se trata de encontrar la manera de actuar sin que nadie levante la voz. Es más, se trata de recortar libertades haciendo que la gente misma lo pida. Es su modus operandi.

Los oligarcas del Nuevo Orden Mundial han de provocar que los ciudadanos pidan a los gobiernos fantoches una restricción de la libertad de internet. Para ello han de crear una amenaza global que asuste y ponga en peligro a todos. Ya lo hicieron con los atentados del 11 de septiembre, causados por ellos mismos, por los cuales en EEUU se inició a controlar de manera exhaustiva el tráfico en la web con la excusa de dar con posibles terroristas.

Ahora que la web 2.0 es una realidad y que para el establishment representa un serio problema de pronto surge la amenaza de los piratas informáticos. Aparece Anonymous que ataca webs gubernamentales, de bancos, de empresas robando datos sensibles de sus clientes como el número de la tarjeta de crédito. Hasta circula el bulo que en noviembre planeaban atacar Facebook, la red social que usan millones de usuarios inocentes. Aparece Anonymous, la amenaza global que exigirá medidas globales de control y de restricción de la libertad de los usuarios por su propia seguridad. De momento es una tímida presencia, pero se hará cada vez más fuerte y amenazadora.

Anonymous, los de verdad, no aquellos que inocentemente se han creído el cuento, es una creación de la CIA y de los demás servicios de inteligencia occidentales para permitir a los gobiernos neoliberales restringir la libertad de expresión en internet. De esta manera el Nuevo Orden Mundial se asegura el control de la red sin perder las ganancias que el sector tecnológico le garantiza. Además controlará la red y sus usuarios porque los usuarios mismos lo van a pedir.

Sin embargo la habilidad manipuladora de la élite neoliberal gracias a la creación de Anonymous alcanza otro objetivo. No solo proyecta la amenaza del terrorismo informático para restringir libertades, sino que crea también un contenedor hacia el cual conducir todos aquellos jóvenes que tienen ciertas inquietudes sociales y que tienen suficientes conocimientos informáticos como para resultar una posible amenaza para el sistema. De este modo los contiene, los controla, pero sobretodo los desencova porque los empuja a salir al descubierto.
Los agentes gubernamentales tiran el anzuelo -empieza el proyecto Anonymous- y desafortunadamente los incautos, los inocentes, los idealistas pican; se suman a una iniciativa que aparentemente nace del deseo de una mayor justicia social y en cambio caen en la telaraña y la araña los devora.

Anonymous es sin duda otra jugada maestra de la élite. Felicidades.