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10 feb 2012

La peligrosa inutilidad de la política neoliberal de recortes


Hace tiempo que a  pie de calle se percibe que todo lo que desde los palacios de poder se decide y se lleva a cabo para resolver los problemas generados por la crisis no solo no está siendo efectivo, sino que empeora la situación. Lo saben los pensionistas, los trabajadores del sector público y privado, la clase media y en general todas aquellas personas que cada día ven como su poder de adquisición además de su estado de bienestar va disminuyendo, es decir más del 90% de la población.

A pesar de este evidente y desolador panorama que nos ha conducido a la recesión, la UE en la figura de Angela Merkel, el FMI, el BCE, las políticas del Consejo Europeo insisten en la necesidad de un mayor rigor fiscal y en la drástica reducción de la deuda pública que finalmente significa más recortes en prestaciones sociales, salarios, pensiones, educación, sanidad y estado de bienestar de la gente trabajadora. Los ricos en cambio no sufren ninguna crisis, lo sabemos por los índices de consumo que explican como la venta de bienes de lujo ha aumentado en los últimos años. Por esto la crisis se está haciendo aún más odiosa; revela descaradamente que hay una minoría que vive a costa de la gran mayoría.

Lógicamente los recortes provocan que la gente consuma menos - si hay menos dinero se gasta menos- y que por lo tanto la economía de consumo en vez de progresar se comprima. Los recortes son inútiles, lo demuestran los datos que indican que la confianza de los mercados que se pretendía restablecer con las medidas draconianas no ha aparecido por ninguna parte en aquellos países donde se han aplicado. Los intereses de la deuda pública en Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia continúan elevadísimos. Todos estos países han aplicado a rajatabla las directrices de los recortes sin que la deuda pública haya bajado; de hecho en todos ellos ha subido como porcentaje del PIB. En España ha subido del 36% del PIB al 68%, en Portugal del 68% al 102%, en Grecia del 107% al 161%, en Irlanda del 25% al 107% y en Italia del 103% al 120%.  Los recortes empujados por las políticas neoliberales por lo tanto están demostrando su inutilidad si pretenden reducir la deuda pública, pero lo más desconcertante es que los mercados consideran que los estados no podrán pagar dicha deuda si no crecen y esto les genera la famosa desconfianza que Merkel & co. pretenden abatir. Está claro que la desconfianza continúa a pesar de los recortes.

Cabría preguntarse por que los gobernantes no ven lo que salta a la vista y no corrigen el tiro. Incluso ahora que parece ser que se han dado cuenta de que hay que promover medidas que favorezcan el crecimiento toman un mal camino.  Antes decían que la falta de crecimiento se debía al  excesivo gasto público y ahora predican que es culpa de los salarios demasiado altos. Por eso ahora entraremos en la fase de las reformas laborales que reducirán los sueldos además de abatir las conquistas sociales de los trabajadores. No hace falta ser un adivino para saber que la estupidez neoliberal hundirá todavía más las economías de los países más afectados; de hecho desde el punto de vista del consumo el mayor problema que existe para los PIIGS es la falta de demanda. Por un lado la demanda ha bajado a causa del enorme descenso de las rentas del trabajo, los sueldos que se traducen en poder adquisitivo, y por el otro ha sido reducida por la escasez de crédito causada por del vertiginoso aumento de las rentas del capital financiero, es decir de los especuladores neoliberales.
La reducción de los salarios que ahora se predica y la reducción del gasto público van a deprimir todavía más la demanda de bienes, provocando un peligroso círculo vicioso para una economía de mercado. 

¿No lo ven Merkozy, Monti, Papademos, Lagarde, Kenny, Barroso y sus amigos? En realidad creo que lo ven, lo saben y lo hacen adrede para derrocar la poca democracia que queda y favorecer la instauración de la dictadura del capital fautora del nuevo orden mundial. Atacan la economía, el bienestar de las personas para reducir libertades y derechos con la excusa de la crisis. Tengo claro que todos ellos son lacayos de los neoliberales que mueven los hilos de la economía global y quieren ser los dueños de las personas. También tengo claro que no pararán hasta haberlo conseguido y que están cada vez más cerca de su objetivo. En Europa el neoliberalismo es liderado por Alemania, primera economía; sus bancos y su capital quieren adueñarse de todo el continente comprando a precio de saldo los bienes de los demás países que, por eso, deben seguir teniendo problemas. Ya lo intentaron con el nazismo que ellos parieron, ahora lo intentan con  otras formas de imposición dictatorial no menos odiosas que aquellas.

Personalmente no creo que la solución a la crisis sea volver a una sociedad y a una economía consumista; creo más bien que se tiene que aprovechar la coyuntura para enterrar definitivamente el sistema capitalista neoliberal que ha ampliamente demostrado ser sectario, dictatorial, amoral, destructivo y antidemocrático. El capitalismo solo busca beneficios, sin otro valor. En nombre del beneficio esquilma el planeta, mata a la gente, destruye el medioambiente; no le importan las tradiciones o las culturas, ni tiene escrúpulos morales. Su único dios es el dinero que adora por encima de cualquier otro dios. Por eso y para volver a sociedades humanas de humanos creo que el capitalismo tal y como lo conocemos ahora, plasmado en las doctrinas neoliberales, ha de ser desarraigado completamente del planeta. Sus secuaces han de ser desterrados.
Para mí la única solución es que toda la gente de a pie reaccione globalmente y se corte de raíz el malsano neoliberalismo que favorece a unos poquísimos especuladores ávidos de poder y de control, mientras daña a la casi totalidad de las personas.

Así se cierra el documental de Naomi Kelin La doctrina del shock:
En este momento con tanto en juego si queremos respuestas a esta crisis económica que nos deje un mundo que sea más saludable, más justo, más pacífico tenemos que salir afuera y obligar a hacerlo.

¿Ocurrirá esto? ¿Habrá revolución global? Tengo serias dudas al respecto...

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