Hace tiempo que la libertad en internet es una quimera; es más: creo que nunca hubo libertad en internet porque cualquier movimiento que un usuario normal y corriente realiza dentro del world wide web queda registrado en algún servidor y puede ser reconstruido.
En países totalitarios como China o los países islámicos la censura es un hecho conocido que se consuma abiertamente, pero en los gobiernos occidentales, encabezados EE.UU y por la UE, que se las dan de democráticos la censura y el control aún no pueden ser ejercidos a la luz del día.
En estos países para que la gente acepte sin rechistar restricciones a libertades existentes hay que dar la sensación de que dichas restricciones son necesarias y se llevan a cabo por el bien y la seguridad común. Por eso los gobiernos crean terribles amenazas fantasmas que son tan inexistentes cuanto eficaces a la hora de crear aquel caldo de cultivo que posteriormente favorecerá la introducción de las medidas liberticidas.
Desde 2001 se creó la amenaza del terrorismo global que, pilotado en realidad por los servicios de inteligencia de las potencias mundiales, permitió introducir absurdas medidas de control sobre las personas que la población aceptó por miedo y convencida de que eran necesarias. Hoy en día la amenaza de la recesión económica, creada y pilotada por los banqueros, permite eliminar las libertades constitucionales que los trabajadores han conquistado en los últimos 30 años; también se utilizan el miedo y el discurso de que es necesario renunciar a ciertos derechos para un bien mayor venidero -que, por cierto, nunca vendrá. También en este caso la población, manipulada con pericia, está tragando la amarga e inútil medicina.
El modus operandi para censurar internet en EE.UU y en la UE va a seguir el mismo guión; la élite está desempolvando la amenaza del terrorismo global, aunque ahora nos lo presenten bajo el aspecto de terrorismo informático. En los últimos tiempos en los medios oficiales de comunicación, prensa y televisión, se han multiplicado las noticias de posibles amenazas que correrían por la red; de esta manera empiezan a difundir la psicosis necesaria para que la gente pida mayor seguridad (=control). Amenazas de virus destructores, de ataques a páginas institucionales, de suplantación de identidad, de robo de datos sensibles están predisponiendo a la gente para que las medidas de control sean vistas como inevitables y bendecidas en nombre de la incolumidad.
Son de hoy
Como acostumbra a hacer, la élite que pretende gobernar el mundo primero crea la amenaza fantasma y manipula la conciencia del ser humano bombardeándola con miedos e inseguridad; cuando la conciencia se encuentra suficientemente alterada por el bombardeo y por lo tanto indefensa, entonces le cuela aquellas medidas milagrosas que prometen devolver paz y seguridad. La gente acepta las medidas como única salida al caos y, voilá, una vez más la élite financiera consigue su doble objetivo: mantiene o refuerza el negocio por un lado y por el otro esclaviza un poco más a la población. En este marco, como ya expliqué en otro artículo, estoy convencido de que el grupo Anonymous, por lo menos en su núcleo, es un invento de los servicios secretos occidentales para dar una identidad a la falsa amenaza global que cabalga la red.
No me sorprende por lo tanto que se hayan disparado las alarmas sobre posibles amenazas cibernéticas y estoy seguro de que en los próximos tiempos se multiplicarán porque la élite financiera ha decretado el fin oficial de la (ya inexistente) libertad en internet.
Felicidades a los oligarcas por conseguir otro de sus objetivos; el nuevo orden mundial está cada vez más cercano...
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