Merkel esulta por el gol de Götze |
Todos los mensajes de
felicitación al equipo alemán que he podido hoy leer en las redes sociales y en la prensa me provocan mucho rechazo. Si el mundial fuera un mero acontecimiento deportivo podría
incluso sumarme a ellas, pero tristemente la cuestión es otra.
Tristemente existen
indecentes conexiones entre el deporte de élite, la política y la economía. Cuando un país gana el mundial obtiene una
proyección internacional que se repercute en una mejora a corto plazo de su
economía, en exportaciones por ejemplo, y que a la vez proporciona una tácita
legitimación a sus mandatarios, cuya posición por lo tanto se fortalece.
Junto a la victoria de la
selección alemana no puedo evitar ver, como se vio durante el partido, la cara
de felicidad de la heil cancillera que desde la UE, junto a su boyante ministro de
economía, impele las medidas de austeridad que ya han estrangulado a
demasiados ciudadanos europeos.
alemania (sí, con la letra pequeña),
sus políticos, su ansias imperialistas, sus dictámenes en Europa, su injerencia
en las cuestiones de otros estados a través de la UE, su neoliberalismo, su
discutible rol dominante en el viejo continente, su obsesión por una austeridad sin criterio, se ven fortalecidos gracias al
resultado de esta final. Ciertamente es una locura; el deporte debería ser
deporte, pero finalmente el poder político lo usa para legitimarse a sí mismo.
Que lo explique la presidenta de Brasil, que después del papel de su selección corre el serio riesgo de no ser reelegida en las elecciones de este
año.
En Europa hoy en día no se
necesita más alemania; en Grecia, Italia o España no se necesita más Alemania. Europa
necesita más Europa desde la diversidad, desde la complejidad que la distingue
y que es su verdadera riqueza económica y moral.
Es criminal que un estado se imponga
sobre los demás a través de una guerra sucia que emplea la economía como
armamento. Es criminal imponer aquella austeridad que ha empobrecido a la
mayoría de los ciudadanos. Es criminal dictar criterios de actuación, medidas
responsables del sufrimiento y de la muerte de cada vez más personas.
Por todo esto como
sostenedor de la justicia social y de los derechos de los pueblos frente al
poder de la oligarquía neoliberal, amante de la libertad individual, defensor de
la dignidad humana, hoy no me alegro de la victoria de la selección alemana.
Tristemente esta victoria deportiva significa más Angela Merkel y más Angela Merkel no es lo que necesitan los
pueblos de Europa para recuperar su
dignidad, aquella dignidad que la austeridad sin criterio les ha arrebatado.
Esperemos que la cuarta estrella sea una estrella fugaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario